Comenzar con un nuevo idioma le ayudaría a motivarse con los estudios de nuevo. Tras mirar y mirar e informarme escogí un centro que organizaba cursos escolares en Francia. Cuando se lo dije a mi hijo comenzó a dar saltos de alegría.
¿Por qué me gustaron tanto los cursos escolares en Francia?
Lo primero que me gustó fue la localización del programa, Francia es un lugar perfecto para estudiar y practicar el francés. Con el curso escolar mi hijo pasó allí un curso completo, desde septiembre que comienza hasta junio que finaliza.
El sistema educativo de Francia es uno de los mejores de la Unión Europea ya que no se basa en enseñar datos a los alumnos sino que quiere enseñarles a pensar y permitirles estar en contacto con otras culturas.
Mi hijo estuvo en continuo contacto con otros niños de diferentes lugares del mundo a parte de sus profesores que eran nativos. Cuando regresó podría hablar bastante bien el idioma (teniendo en cuenta que lo chapurreaba cuando se fue).
¿Qué pasa al volver a España?
Uno de mis preocupaciones era qué iba a pasar al volver a España. Quizá habría problemas con la convalidación de los estudios. Sin embargo, fue todo lo contrario. La agencia con la que contraté el curso escolar se encargó de todos los papeleos.
Yo os recomiendo que hagáis lo mismo: encontrad una agencia que se ocupe de todo, de principio a fin. Son papeleos que no tienen dificultad alguna pero es fácil meter la pata al no estar habituados a ellos. Ellos los hacen continuamente, confía en ellos.
En definitiva, yo estoy muy contenta con la experiencia del curso escolar en Francia y os aconsejo a todos realizarlo. No os arrepentiréis y veréis como el nivel mejora notablemente en poco tiempo.